15 julio 2007



... Y, por fin llegó el ansiado momento, el reencuentro. El momento en el que las ninfas iban a dejar de ser siete pare ser una, fuerte y decidida. Una unidad compuesta de siete piezas bien diferentes entre sí pero totalmente complementarias.
El lugar de encuentro fue la piedra que había sido Pansú. Cuando se vieron no pudieron articular palabra, sabían que cualquier cosa que dijesen resultaría insuficiente, ninguna palabra podría explicar lo que sentían en ese momento. Sólo se abrazaron y lloraron. Sus lágrimas formaron un río que mojó la piedra. El amor que emanaba de sus corazones devolvió la vida a Pansú quien no daba crédito a sus ojos al ver allí, reunidas, a sus siete hijas...
...Que el final del cuento se convierta en un nuevo principio...

3 comentarios:

seitonas dijo...

...Deseo que os vaya bien...

...Y fueron felices y comieron perdices...

Oyos

seitonas dijo...

Las seitonas se han quedado muditas!

Oyos

SEITONAS dijo...

Cuando uno solo, sueña en un mundo solidario, mestizo, bueno, sin guerra, es sólo un sueño, pero cuando son muchos los que sueñan, el sueño comienza a hacerse realidad
Helder Cámara