03 agosto 2006

Mi serenidad impaciente habitual, a veces se ve truncada por acontecimientos que pueden perturbar la estabilidad de un carácter, ya, un tanto, inestable, Acontecimientos, por otro lado, que nada tienen de extraordinarios. Calor asfixiante, lo normal en esta época del año, la inactividad física, intelectual. Parece que a medida que escribo, la adrenalina huye por mis yemas y se va apaciguando la tormenta. No me disgusta del todo pasar por esto de vez en cuando, sinó se podría arrutinar mi existencia. En estos momentos de incomodidad con la realidad, llamados por otras seitonas, nube cerebral, ocurren cambios, propiciados por el mismo momento, que hacen variar tus coordenadas finales. Puedes abrir otra puerta más, y vuelves a la aparente serenidad, que dura el tiempo que tardes en hacer el traslado y en habituarte a lo que hay detrás de la nueva puerta.
Propiciado por mi Play y para mis queens.

2 comentarios:

SEITONAS dijo...

Hoy sí puedo hacerte un comentario, gracias a la generosidad de mi prima-seitona Patri. Me alegro de que los nubarrones se levanten, y sigan abriéndose las puertas. Y si se cierran y no se abren, hay siete hombros para pegar empujones (y algún que otro cabezazo). Play.

SEITONAS dijo...

Empujar y lo q sea necesario...como me sorprendes siempre con todo lo q escribes mi Pstorcilla...mi matemática literaria ;)
Dreams